¿De qué sirve hablar, cuando ya se dijo todo?
¿De qué sirve soñar, si ya estoy despierta?
¿De qué sirve leer el cuento, si ya sé como termina la historia?
¿De qué sirve sonreír, si voy a volver a llorar?
¿De qué sirve vivir, si voy a morir?
¿De qué sirve luchar, si casi siempre perdemos?
¿De qué sirve olvidar, si existe el recuerdo?
¿De qué sirve la felicidad, si no tenes con quién compartirla?
No importa cuanto brilles en el futuro, siempre vas a cargar con un pasado oscuro. Podes sacar a un hombre de la calle, pero nunca vas a poder sacar la calle de un hombre.